7.5.02


DE CÓMO DEJE DE COMER SHAWARMAS, PARA SIEMPRE

Todo comenzó el lunes de ésta semana, aunque en realidad había comenzado el lunes de la semana pasada, primero del mes y por lo tanto lunes bancario [o al menos es lo que al parecer no había notado, aunque a éstas alturas ya no sé si el lunes bancario fué éste o al otro..]

Papá me deposita semanalmente todos los lunes, y por lo general gasto más de la mitad en tres días, por lo que casi todos los fines de semana me la paso pelando... Mi inteligencia automática me había advertido inconscientemente el lunes en la mañana que probablemente sería lunes bancario, pero como no me había dado cuenta había gastado hasta la última puya el domingo en la noche y para el lunes en la mañana no tenía ni para desayunar. Almorcé en casa de Mimi y me prestó 5000 Bs. para cenar. Como papá me depositaría el martes, conté con al menos 2500 Bs. para cenar algo y el resto lo podía gastar... tenía tiempo que no me metía en internet y entré.

A la media hora papá me llamó. Estaba leyendo Uranokemia. Me dijo que ya me había depositado en la mañana, que si estaba loco que ese no era ningún lunes bancario ni ningún chorizo, que pisara tierra, bla bla bla. Así que me metí a navegar burda de tiempo, y salí como a las 10:00 pm con 2000 Bs. que pagar, los diskettes full de mp3s de Ec8or, los ojos hiper-cuadrados por las 3 horas que me metí y un hambre espeluznante.

En fín, nada de lo anterior tiene que ver con el título de éste post.

De allí salí al negocio donde venden comida mexicana [ñum, Smashing S.], pero como soy un ladillado de mierda y tenía mucha hambre, tiré el menú y salí al tarantín de Shawarmas que queda justo en la esquina bajando por la misma calle. Porque quería comer más rápido, pues. Y también por pichirre.

Ahí SI comienza la historia:

Al irme acercando al carrito shawarmero, noto que el Señor Árabe que prepara los shawarmas, que por cierto, es burda de simpático y me caía bien no estaba en su puesto usual. Habían tres autos parados alrededor del carrito, parecían ser de los amigos árabes del Señor Árabe que prepara los shawarmas, que por cierto, es burda de simpático y me caía bien. Bordeo el carrito y me doy cuenta que uno de los carros está accidentado, con el capó levantado, y están tratando de arreglarlo, pero... ¡oh oh!...

¿Adivinen quien le estaba metiendo mano al carro para arreglarlo?

Sí señores, no era nada más ni nada menos que el Señor Árabe que prepara los shawarmas, que por cierto, es burda de simpático y me caía bien. Y dije: 'ehm... un shawar...' y antes de decir la sílaba '...ma' faltante, observé directamente la llave llena de grasa de motor que tenía el Señor Árabe que prepara los shawarmas [que por cierto, es burda de simpático y me caía bien], en la mano.

Sí señores.

Pues, el susodicho Señor me dijo, llave en mano: 'no hay problema, no hay problema'... Pelé los ojos. Me dió asco y me provocó salir corriendo.

Pero no lo hice. Y sí, lo acepto: fuí un cerdo -pero esa será la última vez que lo seré-.

No me importó mucho que tuviera las manos sucias y me preparó el Shawarma mixto lleno de grasa de cochino y grasa de motor... Me dije a mí mismo: 'bueno imbécil, porque tu crees que esta es la primera vez que te vas a tragar alguna sustancia extraña no comestible en un tarantín de comida rápida callejera, IDIOTA'. Y acepté el apetitoso alimento, que por cierto no fué muy apetitoso. Un shawarma con grasa de motor no sabe mal; tampoco sabe bien. Sabe... no sé, neutro. Cuando uno sabe que uno de los ingredientes de lo que estás por tragarte deliberadamente es un derivado del petróleo, no piensas en el sabor; prefieres olvidarte de tu sentido del gusto. Y como precisamente esa tarde había recibido en Saneamiento Ambiental un listín de enfermedades endémicas/epidémicas producidas por contaminación de las aguas y/o contaminación de los alimentos, tenía todavía varias palabras claves en el coco y no dejaba de repetirmelas en bucle: "salmonella - vibrio cholerae - e coli - entamoeba histolítica - giardia lambia - tenia senginata - tenia solium..." como si de un mantra satánico anti comida chatarra se tratase.

Y me propuse entonces dejar de comer mierdas en la calle, al menos en sitios situados SOBRE LA CALLE o como en éste caso, SOBRE LA ACERA-CALLE- Porque si el Señor Árabe que prepara los shawarmas, que por cierto, es burda de simpático y me caía bien, precisamente, ME CAIA BIEN, no me imagino a algún otro maldito cerdo más cerdo que él que se toque el culo en plena calle y meta las manos en la comida. No no no no, no me calo otro espectáculo igual MÁS NUNCA.

Y espero que ustedes piensen bien y se alimenten bien, con la comida que les da sus mamis, novi@s o espos@s calientes todas las cenas o con la que preparan ustedes mismos, cosa que yo no puedo hacer porque no me dejan cocinar una puta arepa asada para cenarmela en ésta residencia de mierda, donde de paso tengo que pelear con 5 cerdos más que se antojan de bañarse justamente todas las mañanas que tengo Topografía 2 a las 7:00 am y donde además me toca lidiar con unas putas palomas todas las mañanas porque comienzan a graznar como gansos.